Aquí.

20 oct 2011

Quiero...

Quiero sentir la lluvia.

Y no me refiero a percibir el olor a humedad, barro y guardado que a veces desprende. No. Tampoco a mojarme y coger un resfriado, porque a pesar de que los niños aman eso, yo no termino de verle la gracia.

NO.

Quiero sentir la lluvia como un animal el miedo, como un crío un helado, como una mujer un beso, como un libro el ser leído, como un pájaro el volar, como un músico a su instrumento, como un político la paz, como una madre a su hijo…

Quiero entender el por qué cae del cielo de manera tan estrepitosa, si es porque le duele algo o quiere pisar con fuerza y no encuentra cómo. Quiero saber por qué moja, si es por querer contagiar su rabia o porque no le gusta quedarse sola. Quiero saber por qué resuena en el cielo, si es porque quiere gritar o porque golpea para descargarse. Quiero saber por qué ennegrece las nubes, si es por expresar su frustración o porque su alma de por sí es oscura. Quiero sentir su sufrimiento, y entenderlo.

Porque mientras no lo entienda, seguiré parada frente a la ventana, viendo mi reflejo mojarse y añorando el calor del sol.

Porque si no siento la lluvia, jamás podré aceptarla.

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